martes, 18 de noviembre de 2008

sábado, 15 de noviembre de 2008

La comida no debe ser un premio ni un castigo


La comida no debe ser un premio ni un castigo

Para que tengamos mejor salud física es necesario que comamos menos y que nuestra comida sea rica en hidratos de carbono, contenga un tercio de grasas y el resto que sea cubierto por proteínas. Y que paralelamente a eso, practiquemos alguna actividad física diaria.
Los errores en la alimentación
La comida no es un premio, no es un castigo, y tampoco debe ser un desahogo a las tensiones de una persona. La comida debe tener su lugar, su hora, y su control. Los grandes responsables por el sobrepeso de un niño son sus padres, aquellos que determinan lo que se consume en la casa. Normalmente, sea por los errores, obsesiones, o por el desconocimiento y ignorancia de sus padres, los niños consumen más cantidad de alimentos de la que necesitan, y su alimentación es muy rica en grasas, azúcares, presentes en grandes cantidades de carne, en alimentos precocinados, y en los dulces y bollos. Son niños que no consumen verduras, legumbres, frutas, ni pescado. A eso también se suma a que muchos niños ignoran y acaben saliendo de casa sin desayunar. En la última investigación acerca del sobrepeso en la infancia, entre otras cosas, se constató de que el 8% de los niños españoles acuden a la escuela sin haber desayunado. El desayuno es una de las comidas más importantes del día, y está directamente implicada en la regulación del peso.
Además de los errores mencionados, muchos padres "pecan" por
- obligar a que el niño coma más de los que puede
- premiar un buen comportamiento con golosinas y otros alimentos calóricos.
- castigar al niño sin comida por si presenta alguna conducta desfavorable.
- festejar cualquier acontecimiento importante de la vida del niño ofreciéndole una "comida basura".
- permitir el consumo diario de chuches, bollos, bebidas gaseosas y azucaradas.
- ofrecer, con frecuencia, platos precocinados por la falta de tiempo.
Aciertos en la alimentación
Cuando los padres dan a los hijos la atención debida y se preocupan por su alimentación, las posibilidades de que sufran sobrepeso son bajas. El control de los adultos es fundamental a la hora de prevenir la obesidad infantil. Para eso es necesario obedecer a algunas pautas alimenticias, considerando que los primeros años de vida de un niño son cruciales en su educación:

- a los bebés no hay que darles el pecho totalmente según la demanda que presente; desde el principio se debe enseñarles a alimentarse bien y a su momento debido.

- cuando el bebé llora no se debe ofrecerle el pecho así, a la primera, sin antes detectar la causa del llanto y intentar calmarle. El dar el pecho, de forma indiscriminada, puede llevar a que el bebé, cuando sea mayor, recurra a la comida cuando sufra algún malestar.

- visitar periódicamente al pediatra, cuando vea necesario o en las revisiones determinadas por el centro de salud. Se ha demostrado que un niño que sigue el control médico tiene menos posibilidades de sufrir obesidad o cualquier otra enfermedad.

- seguir las dietas alimenticias que pasará el pediatra al bebé, mes a mes. Es decir, respetando e introduciendo los alimentos según la edad que tenga el niño. Es un buen medio de prevención.

- hacer con que el bebé, hasta los dos años de edad haya probado de todo un poco.

- cuidar para que los niños no salten las comidas, organizando una rutina de comida y siendo constante.

- preparar las comidas con ingredientes frescos y naturales, siempre que puedas

- considerar la tabla de pesos y medidas que ofrecemos y la que determine el pediatra de tu hijo. Y en el caso de que el bebé o niño no presente un cuadro de medidas dentro de la normalidad, hable con el pediatra acerca de forma de poder mejorar la situación.

- ofrecer una alimentación variada en carnes, harinas, verduras, frutas etc.

- ofrecer muchos líquidos a los niños especialmente en temporadas de mucho calor y después de que practique ejercicios físicos. El agua es una buena fuente y un fluido que no tiene calorías.

Obesidad en los niños

¿Qué es la obesidad?
Se trata de la acumulación excesiva de grasa corporal, especialmente en el tejido adiposo, y que se puede percibir por el aumento del peso corporal cuando alcanza 20% a más del peso ideal según la edad, la talla, y sexo de la persona en cuestión.
Para calcular el peso ideal de un niño entre 2 y 5 años de edad, aunque de forma apenas aproximada, hay que multiplicar la edad en años por dos más ocho. Ejemplo: para saber cuánto debe pesar, en media, un niño de cinco años, multiplica la edad (5) por 2 y suma 8. Es decir, 5x2+8=18kg. Insisto que este método no es exacto. Se trata de apenas una ilustración. Lo cierto es consultar y considerar lo que diga el pediatra del niño.
Niños con sobrepeso
Para muchas familias, el tener un hijo gordito, mofletudo, y lleno de pliegues es todo un logro, una señal de que el niño está bien, fuerte, y lleno de salud. Pero los expertos en nutrición infantil no piensan igual. Y van a más: dicen que estas familias están muy equivocadas. Lo que importa no es que el niño esté gordo o delgado. Lo que interesa es que el niño esté sano. Y es ahí donde queríamos llegar. En la última Jornada Nacional sobre Obesidad y Factores de Riesgo Cardiovascular, realizada en Madrid, España, se diagnosticó la obesidad infantil como una enfermedad emergente. Tanto en Europa como en Estados Unidos, desde los años noventa hasta hoy, la incidencia de la obesidad infantil se ha duplicado. España se ha convertido en el cuarto país de la Unión Europea con mayor número de niños con problemas de sobrepeso, presentando un cuadro de obesidad en un 16,1% entre menores de 6 a 12 años de edad, superado apenas por los datos de Italia, Malta y Grecia. Un hecho alarmante en una sociedad que lleva en su "currículo" una de las mejores dietas alimentares del mundo: la dieta mediterránea, y en el cual hace solo cinco años presentaba apenas un 5% de menores obesos.
Qué y cuánto debe comer un niño
No existe una cantidad exacta de comida a que debe consumir un niño. Cada niño es un mundo distinto, y sus deseos y necesidades son diferentes. En razón de eso, es el niño el que puede decir, con exactitud, cuánto puede comer. Y no se puede obligarle a que coma más. Ni por las buenas ni por las malas. Normalmente, los niños comen más que las niñas, pero en cuestión de apetito no se puede generalizar.


Qué es lo que causa el sobrepeso infantil
Según los especialistas del tema, los cambios alimentares y las nuevas formas de vida son los principales desencadenantes en el aumento de la obesidad. Es decir, los criterios alimentares y la correría cotidiana de los padres son algunos de los factores que contribuyen a que los niños presenten sobrepeso.

Muchos padres que tienen que dividirse entre las múltiples tareas, laborales y domésticas, les es más cómodo ofrecer una comida más rápida a sus hijos. Empiezan con los bollos industriales, los nuggets, y terminan con chuches y cositas por el estilo. Y eso día tras día, acabando por convertirse en un hábito y en una mala costumbre de consumir toda una parafernalia de comidas atractivas por su aspecto pero que no llevan los nutrientes ni las vitaminas necesarias para que los niños crezcan fuertes y sanos. Para esos padres, normalmente los que nunca tienen tiempo, lo más importante es saciar el hambre de sus hijos, sin preocuparse si están o no comprometiendo el futuro de su salud.

Los padres, del mismo modo que muchos abuelos, también pecan con la preocupación exagerada por la cantidad de comida que consumen los niños. Les ofrecen unos menús sin considerar los controles cuanto a las grasas, azúcares, y otros componentes que solo engordan. Existen más informaciones sobre el tema, pero los hábitos siguen cambiando para peor. Lo ideal, según los expertos, es que un niño consumiera unas dos mil calorías diarias y que, mitad de ellas, fuese cubierta por los hidratos de carbono, un tercio por las grasas y el resto por proteínas. Pero, en lugar de comer pan, arroz o legumbres, los niños están comiendo dulces, refrescos y golosinas.
Sedentarismo infantil
Aparte del consumo de alimentos con alto contenido en grasas y azúcares, el sedentarismo de muchos niños les hacen más obesos. El practicar una actividad física es esencial a su crecimiento y a su salud. El estilo de vida que llevan los niños también ha cambiado mucho. La mayoría de las actividades que realizan se concentran en torno a la televisión, al ordenador y a los videojuegos. Muchas familias, por la falta de tiempo o por comodidad, acaban dejando a los niños delante de la televisión toda una tarde, en lugar de llevarlos al parque o a cualquier otra actividad que les favorezcan más. Los juegos al aire libre, las excursiones, los deportes, etc., son cada día sustituidos por actividades sedentarias. Según las últimas encuestas, los niños españoles pasan una media de 2 horas y media diarias viendo la televisión y media hora adicional jugando a los videojuegos o conectados a la Red.
Otros factores
Existen, además del mal hábito alimentario y la falta de actividad física, que son los que encabezan los motivos por los que la sociedad tenga sobrepeso, otros factores que determinan la obesidad infantil. Puede haber influencias sociales, fisiológicas, metabólicas y genéticas. Un niño con padres obesos, por ejemplo, estará predispuesto a ser obeso también. Sea por una cuestión social, de mal hábito alimentario, o por genética. También se puede presentar obesidad en caso de que el niño sufra algún trastorno psicológico.

La obesidad infantil y sus consecuencias
Malos hábitos adquiridos durante la infancia pueden llevar al niño a sufrir consecuencias preocupantes, principalmente para su salud. El riesgo de desarrollar trastornos durante la adolescencia es un ejemplo claro de lo que puede suceder si el niño obeso no recibe el tratamiento y la atención adecuada a su alimentación y forma de vida.

Antes, la obesidad era un problema exclusivo de los adultos. Hoy en día, esta complicación atinge a personas cada vez más jóvenes. La obesidad en la infancia compromete la salud de los críos. Se puede diagnosticar problemas como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, y niveles altos de colesterol. Aparte de eso, los niños pueden desarrollar problemas psicológicos. Las bromas, la intimidación, o el rechazo por parte de sus iguales, pueden llevarles a que tengan una baja autoestima. Son marginados por el aspecto que tienen, y todo ese cuadro pueden generar trastornos como la bulimia, la anorexia, la depresión, y llevarles a tener hábitos extremos como el consumo de drogas y otras sustancias nocivas.
Males que pueden causar en los niños con obesidad
- Problemas con los huesos y articulaciones
- Dificultades para desarrollar algún deporte u otro ejercicio físico debido a la dificultad para respirar y al cansancio.
- Alteraciones en el sueño
- Madurez prematura. Las niñas obesas pueden entrar antes en la pubertad, tener ciclos menstruales irregulares, etc.
- Hipertensión, colesterol, y enfermedades cardiovasculares
- Disturbios hepáticos
- Desánimo, cansancio, depresión, decaimiento.
- Baja autoestima, aislamiento social, discriminación.
- Trastornos que derivan en bulimia y anorexia nerviosas
- Problemas cutáneos
- Ocurrencia de diabetes

Según los expertos, la obesidad cuando se manifiesta en la infancia y persiste en la adolescencia, y no se trata a tiempo, probablemente se arrastrará hasta la edad adulta.

Hábitos alimentarios saludables
La obesidad no es accidental. Se puede prevenir respetando algunas sugerencias concedidas por el Ministerio de Sanidad, en España:
1- Cuanta mayor variedad de alimentos exista en la dieta, mayor garantía de que la alimentación es equilibrada y de que contiene todos los nutrientes necesarios.

2- Los cereales (pan, pasta, arroz, etc.), las patatas y legumbres deben constituir la base de la alimentación, de manera que los hidratos de carbono representen entre el 50% y el 60% de las calorías de la dieta.

3- Se recomienda que las grasas no superen el 30% de la ingesta diaria, debiendo reducirse el consumo de grasas saturadas y ácidos grasos.

4- Las proteínas deben aportar entre el 10% y el 15% de las calorías totales, debiendo combinar proteínas de origen animal y vegetal.

5- Se debe incrementar la ingesta diaria de frutas, verduras y hortalizas hasta alcanzar, al menos, 400 gr./día. Eso es, consumir, como mínimo, 5 raciones al día de estos alimentos.

6- Moderar el consumo de productos ricos en azúcares simples, como golosinas, dulces y refrescos.

7- Reducir el consumo de sal, de toda procedencia, a menos de 5 gr./día, y promover la utilización de sal yodada.

8- Beber entre uno y dos litros de agua al día.

9- Nunca prescindir de un desayuno completo compuesto por lácteos, cereales (pan, galletas, cereales de desayuno...) y frutas a las que debería dedicarse entre 15 y 20 minutos de tiempo. De esta manera, se evita o reduce la necesidad de consumir alimentos menos nutritivos a media mañana y se mejora el rendimiento físico e intelectual en el colegio.

10- Involucrar a todos los miembros de la familia en las actividades relacionadas con la alimentación: hacer la compra, decidir el menú semanal, preparar y cocinar los alimentos, etc.

El hábito de alimentarse bien
Uno de los hábitos que puede prevenir la obesidad infantil es crear la costumbre en el niño de alimentarse bien. Darle el alimento adecuado desde su nacimiento es la mejor forma de mantenerlo con buena salud. Y todo empieza con la leche materna, y luego con las papillas y después con los menús. Es necesario que el niño pruebe de todo un poco, que su alimentación sea variada y completa hasta por lo menos los dos años de edad.

Aparte de este hábito de seleccionar bien los alimentos que damos a los niños, es necesario crear, paralelo a este, el hábito de compartir la comida, mesa, y compañía. Hacer con que la comida sea un encuentro placentero. Se debe evitar comer delante de la televisión, bien como limitar la presencia de tu hijo frente a la televisión a no más de 2 horas al día.
Padres obesos o no obesos son siempre ejemplos para los hijos. Si el padre o la madre come demasiada cantidad de comida, y son obesos, es casi seguro que el hijo también adquiera ese hábito. En este caso es necesario modificar los hábitos familiares cuanto a la alimentación y, paralelamente a eso, estimular las actividades físicas al aire libre.

Arrullos

Arrullos

Para hacer dormir a sus pequeños hijos, las madres siempre los arrullan con dulces y amorosos cantos acompañados de suaves movimientos rítmicos.

Canción para dormir

Entra sueñito por los ojitos
hoy el sueño no quiere venir.
Cierra tus ojos muy despacito
mi amigo el sueño te viene a dormir.
Acariciando entre sus cejas
polvo de estrellas te empieza a cubrir
Cierra tus ojos muy despacito
al fin mi amigo te pudo
dormir…

Arrullo

Duerme, duerme vida mía;
no mas juego y parlería.
Cierra, cierra los ojitos,
que los ángeles benditos
mientras haya quien los vea
no te vienen a arrullar.
Duerme pronto, dulce niño,
que yo misma tengo empeño
de quedarme dormidita
y gozar de la visita
de esos ángeles que vienen
a mecerte y a cantar…
Duerme, duerme vida, mía,
no se vayan a enfadar,
duerme, duerme, que ya vienen
y dormido los veras,
que te mecen y remecen
y te besan al compás.

Duérmete mi niño

Duérmete mi niño
duérmete mi amor
duérmete pedazo de mi corazón
este niño lindo que nació de noche
quiere que lo lleve a pasear en coche
Señora Santa Ana
¿Por qué llora el niño?
- Por una manzana
que se ha perdido.
- ven a mi casa
yo te daré dos,
una para el niño
y otra para vos.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Conozca el perfil de un niño hiperactivo, y cómo se trata a este trastorno

Conozca el perfil de un niño hiperactivo, y cómo se trata a este trastorno

La hiperactividad es un trastorno de la conducta en niños, descrito por primera vez en 1902 por Still. Se trata de niños que desarrollan una intensa actividad motora, que se mueven continuamente, sin que toda esta actividad tenga un propósito. Van de un lado para otro, pudiendo comenzar alguna tarea, pero que abandonan rápidamente para comenzar otra, que a su vez, vuelven a dejar inacabada. Esta hiperactividad aumenta cuando están en presencia de otras personas, especialmente con las que no mantienen relaciones frecuentes. Por el contrario, disminuye la actividad cuando están solos.
Perfil de un niño hiperactivo
Según Still, estos niños son especialmente problemáticos, poseen un espíritu destructivo, son insensibles a los castigos, inquietos y nerviosos. También son niños difíciles de educar, ya que pocas veces pueden mantener durante mucho tiempo la atención puesta en algo, con lo que suelen tener problemas de rendimiento escolar a pesar de tener un cociente intelectual normal. Son muy impulsivos y desobedientes, no suelen hacer lo que sus padres o maestros les indican, o incluso hacen lo contrario de lo que se les dice. Son muy tercos y obstinados, a la vez que tienen un umbral muy bajo de tolerancia a las frustraciones, con lo que insisten mucho hasta lograr lo que desean. Esto junto sus estados de ánimos bruscos e intensos, su temperamento impulsivo y fácilmente excitable, hace que creen frecuentes tensiones en casa o en el colegio. En general son niños incapaces de estarse quietos en los momentos que es necesario que lo estén. Un niño que se mueva mucho a la hora del recreo y en momentos de juego, es normal. A estos niños lo que les ocurre es que no se están quietos en clase o en otras tareas concretas.
Los indicadores de hiperactividad según la edad del niño
- De 0 a 2 años: Descargas mío clónicas durante el sueño, problemas en el ritmo del sueño y durante la comida, períodos cortos de sueño y despertar sobresaltado, resistencia a los cuidados habituales, reactividad elevada a los estímulos auditivos e irritabilidad.
- De 2 a 3 años: Inmadurez en el lenguaje expresivo, actividad motora excesiva, escasa conciencia de peligro y propensión a sufrir numerosos accidentes.
- De 4 a 5 años: Problemas de adaptación social, desobediencia y dificultades en el seguimiento de normas.
- A partir de 6 años: Impulsividad, déficit de atención, fracaso escolar, comportamientos antisociales y problemas de adaptación social.
Causas de la hiperactividad infantil
La hiperactividad infantil es bastante frecuente, calculándose que afecta aproximadamente a un 3% de los niños menores de siete años y es más común en niños que en niñas (hay 4 niños por cada niña). En el año 1914 el doctor Tredgold argumentó que podría ser causado por una disfunción cerebral mínima, una encefalitis letárgica en la cual queda afectada el área del comportamiento, de ahí la consecuente hipercinesia compensatoria; explosividad en la actividad voluntaria, impulsividad orgánica e incapacidad de estarse quietos. Posteriormente en el 1937 C. Bradley descubre los efectos terapéuticos de las anfetaminas en los niños hiperactivos. Basándose en la teoría anterior, les administraba medicaciones estimulantes del cerebro (como la benzedrina), observándose una notable mejoría de los síntomas.
Síntomas en un niño hiperactivo
Los síntomas pueden ser clasificados según el déficit de atención, hiperactividad e impulsividad:
- Dificultad para resistir a la distracción.
- Dificultad para mantener la atención en una tarea larga.
- Dificultad para atender selectivamente.
- Dificultad para explorar estímulos complejos de una manera ordenada.
- Actividad motora excesiva o inapropiada.
- Dificultad para acabar tareas ya empezadas.
- Dificultad para mantenerse sentados y/o quietos en una silla.
- Presencia de conductas disruptivas (con carácter destructivo).
- Incapacidad para inhibir conductas: dicen siempre lo que piensan, no se reprimen.
- Incapacidad para aplazar las cosas gratificantes: no pueden dejar de hacer las cosas que les gusta en primer lugar y aplazan todo lo que pueden los deberes y obligaciones. Siempre acaban haciendo primero aquello que quieren.
- Impulsividad cognitiva: precipitación, incluso a nivel de pensamiento. En los juegos es fácil ganarles por este motivo, pues no piensan las cosas dos veces antes de actuar, no prevén, e incluso contestan a las preguntas antes de que se formulen.
Consecuencias en la familia con un niño hiperactivo
Los padres suelen definir a un hijo hiperactivo como inmaduro, maleducado y gamberro. Sus comportamientos generan conflictos en la familia, desaprobación y rechazo. Son irritantes y frustrantes en cuanto al éxito educativo de los padres, y algunos niños tienden al aislamiento social. Este trastorno ya se detecta antes de los 7 años y unos tienen síntomas más graves que otros. Una cosa que hay que tener en cuenta, es que si los padres riñen exageradamente al niño hiperactivo, pueden estar fomentando un déficit de autoestima por su parte (sobretodo si lo critican por todo lo que hace) y realimentan el trastorno, ya que el pequeño acabará por no esforzarse por portarse bien, pues verá que siempre acaban riñéndole haga lo que haga.
Tratamiento de la hiperactividad
El tratamiento depende de cada caso individual.
El tratamiento farmacológico es a base de estimulantes para ayudar a que el niño pueda concentrarse mejor, y sedantes en el caso de que el niño muestre rasgos sicóticos.
El tratamiento psicoterapéutico está destinado a mejorar el ambiente familiar y escolar, favoreciendo una mejor integración del niño a la vez que se le aplican técnicas de modificación de conducta.
El tratamiento cognitivo o autoconstrucciones, se basa en el planteamiento de la realización de tareas, donde el niño aprende a planificar sus actos y mejora su lenguaje interno. A partir de los 7 años el lenguaje interno asume un papel de autorregulación, que estos niños no tienen tan desarrollado. Para la realización de cualquier tarea se le enseña a valorar primero todas las posibilidades de la misma, a concentrarse y a comprobar los resultados parciales y globales una vez finalizada.

Risas mejoran la calidad de vida

Risas mejoran la calidad de vida

Miércoles 1 de octubre de 2008.

Muchos estudios internacionales han coincidido en que reír mejora sustancialmente la calidad de vida de las personas, permite controlar distintas enfermedades y condiciona a nuestra mente a pasar un día más grato si se realiza el ejercicio por lo menos cinco minutos al levantarse. Hasta 400 músculos se ponen en actividad en un “ataque de risa”. Los pulmones en vez de mover seis litros de aire, mueven 12, lo que mejora la oxigenación de la sangre y los tejidos. Los abdominales se contraen con sacudidas que terminan por brindarles un excelente masaje a los órganos internos. Las piernas y los brazos se relajan. Se estimulan los músculos de los intestinos (lo que evita el estreñimiento), y se estiran los huesos de la columna, lugar donde se acumulan tensiones.

RISOTERAPIA.

Virginia Farfán es una profesora de filosofía y facilitadora de desarrollo personal. Además, es terapista de risoterapia, una técnica que no es nueva en el mundo, pero que en la región comienza a dar sus primeros pasos gracias a un programa del INP que pretende atender a los adultos mayores del Bío Bío con el fin de lograr que, a través de la risa y actividades lúdicas, puedan mejorar sustancialmente su calidad de vida, además de aminorar los dolores propios de la edad.

Esta semana, Virginia comenzó a implementar el programa de risoterapia en el Hogar de Ancianos José Agustín Gómez de nuestra ciudad. “Nosotros trabajamos con la psicología transpersonal que no sólo ve al hombre dentro del aspecto clínico, sino como una unidad psicológica emocional. La risoterapia logra generar una emoción positiva que perdura en el tiempo porque la risa libera endorfinas, serotoninas y adrenalina que pueden llegar a permanecer por dos días en el tiempo”, advierte.

“En varios hospitales hay salas de risa profiláctica para ayudar a los pacientes a su mejoría junto con los tratamientos tradicionales. Cuando el paciente se siente contento, es mucho más fácil su mejoría, sobre todo en caso de cánceres”, agrega Virginia.

La experta recomienda que un adulto se ría al menos 30 veces al día. “Los niños se ríen cerca de 100 veces, pero, lamentablemente, los adultos se ríen menos por ese dicho que dice que la risa abunda en la boca de los tontos. Todas estas cosas culturales nos han restado la capacidad de reír. La gente en Chile es totalmente seria”.

La experta en risoterapia aconseja a programarse para ver las cosas de manera positiva y a disfrutar lo que nos depare el destino. “El otro día yo estaba en Los Ángeles y perdí el bus que me llevaría a mi casa en Santiago. Dejé mi maleta, fui al mall, conocí el casino, visité una exposición de arte, fui a comer y como a las 23 horas me fui de nuevo al terminal. Programé mi mente para que el tiempo que iba a estar ahí fuera lo más grato posible. Dediqué ese tiempo para mí”.

ja-je-ji-jo-ju.

La risoterapia opera sobre una premisa: nuestro cuerpo es una caja de resonancia. “Entonces cada vocal actúa de forma distinta dependiendo de cómo resuene dentro de nuestro cuerpo. La JA a nivel digestivo, la JO a nivel cerebral, la JU favorece a mujeres con frigidez y la JI en el sistema nervioso central. Cada una de ellas nos ayuda a mejorar una parte de nuestro cuerpo y organismo, por eso es importante practicarlas mientras se ríe”.

La risoterapia que se está aplicando en nuestra región está focalizada en los adultos mayores, pero Virginia indica que la terapia puede ser aplicada en todo los ámbitos del quehacer. “Estamos recorriendo varias comunas de la región con este programa que atiende a los adultos mayores con pensiones más bajas. Este es un proyecto piloto que comenzó en la región y empezó en Los Ángeles”..

Miércoles 1 de octubre de 2008.

Muchos estudios internacionales han coincidido en que reír mejora sustancialmente la calidad de vida de las personas, permite controlar distintas enfermedades y condiciona a nuestra mente a pasar un día más grato si se realiza el ejercicio por lo menos cinco minutos al levantarse. Hasta 400 músculos se ponen en actividad en un “ataque de risa”. Los pulmones en vez de mover seis litros de aire, mueven 12, lo que mejora la oxigenación de la sangre y los tejidos. Los abdominales se contraen con sacudidas que terminan por brindarles un excelente masaje a los órganos internos. Las piernas y los brazos se relajan. Se estimulan los músculos de los intestinos (lo que evita el estreñimiento), y se estiran los huesos de la columna, lugar donde se acumulan tensiones.

RISOTERAPIA.

Virginia Farfán es una profesora de filosofía y facilitadora de desarrollo personal. Además, es terapista de risoterapia, una técnica que no es nueva en el mundo, pero que en la región comienza a dar sus primeros pasos gracias a un programa del INP que pretende atender a los adultos mayores del Bío Bío con el fin de lograr que, a través de la risa y actividades lúdicas, puedan mejorar sustancialmente su calidad de vida, además de aminorar los dolores propios de la edad.

Esta semana, Virginia comenzó a implementar el programa de risoterapia en el Hogar de Ancianos José Agustín Gómez de nuestra ciudad. “Nosotros trabajamos con la psicología transpersonal que no sólo ve al hombre dentro del aspecto clínico, sino como una unidad psicológica emocional. La risoterapia logra generar una emoción positiva que perdura en el tiempo porque la risa libera endorfinas, serotoninas y adrenalina que pueden llegar a permanecer por dos días en el tiempo”, advierte.

“En varios hospitales hay salas de risa profiláctica para ayudar a los pacientes a su mejoría junto con los tratamientos tradicionales. Cuando el paciente se siente contento, es mucho más fácil su mejoría, sobre todo en caso de cánceres”, agrega Virginia.

La experta recomienda que un adulto se ría al menos 30 veces al día. “Los niños se ríen cerca de 100 veces, pero, lamentablemente, los adultos se ríen menos por ese dicho que dice que la risa abunda en la boca de los tontos. Todas estas cosas culturales nos han restado la capacidad de reír. La gente en Chile es totalmente seria”.

La experta en risoterapia aconseja a programarse para ver las cosas de manera positiva y a disfrutar lo que nos depare el destino. “El otro día yo estaba en Los Ángeles y perdí el bus que me llevaría a mi casa en Santiago. Dejé mi maleta, fui al mall, conocí el casino, visité una exposición de arte, fui a comer y como a las 23 horas me fui de nuevo al terminal. Programé mi mente para que el tiempo que iba a estar ahí fuera lo más grato posible. Dediqué ese tiempo para mí”.

ja-je-ji-jo-ju.

La risoterapia opera sobre una premisa: nuestro cuerpo es una caja de resonancia. “Entonces cada vocal actúa de forma distinta dependiendo de cómo resuene dentro de nuestro cuerpo. La JA a nivel digestivo, la JO a nivel cerebral, la JU favorece a mujeres con frigidez y la JI en el sistema nervioso central. Cada una de ellas nos ayuda a mejorar una parte de nuestro cuerpo y organismo, por eso es importante practicarlas mientras se ríe”.