martes, 16 de septiembre de 2008

Actividades

Actividad
“Se nos están acabando las pilas”

Objetivo
Pasar de la tensión y la actividad a la relajación y la tranquilidad.

Contenidos
Se consigue desahogar la tensión o la energía contenida que no se ha podido expulsar en las actividades anteriores y llegar a una situación de calma y sosiego.

Momento adecuado
Cualquier momento escogido por el profesor para esta actividad, como por ejemplo, cuando acaban de hacer una actividad que los ha alborotado y están demasiado intranquilos para que se concentren por sí mismos. También puede ser útil después de hacer algunos trabajos muy largos y que hayan requerido concentración, y necesitemos un desahogo antes de pasar a otros.

Material
No se necesita material. Es mejor realizarlo al aire libre.

Procedimiento
Se propone a los niños un juego: vamos a ser niños mecánicos que funcionan con pilas. Primero tenemos las pilas nuevas y podemos jugar y corre con rapidez. Se les pide que corran simplemente de un lado a otro, libremente, o bien que vayan de la mano, formando un corro, y que den vueltas lo más deprisa que puedan.
Se les deja desahogarse unos minutos y luego se les dice: “Ya se ha gastado una parte de las pilas; todavía podéis correr pero no tan rápido. Vamos a ver disminuís la velocidad”.
Se van dando órdenes parecidas a éstas hasta que todos los niños han disminuido un poco la velocidad. Al cabo de unos minutos vamos a decir que las pilas están ya a la mitad y que ya no pueden correr, sino sólo andar.
Al cabo de otros minutos ya empezamos a decir: “Las pilas se están acabando y cada vez nos cuesta más movernos. Cada vez nos movemos más despacio, más despacio, más despacio. Cada paso que damos ya nos cuesta mucho, estamos agotando toda la energía de nuestras pilas y nos vamos a quedar echados en el suelo un momento”.
Luego, en pocos minutos de descanso dejaremos de ser niños mecánicos y volveremos a ser niños normales.



Actividad
“El globo que sólo baila con la música”

Objetivo
Pasar de la tensión y la actividad a la relajación y la tranquilidad.

Contenidos
Se consigue desahogar la tensión o la energía contenida que no se ha podido expulsar en las actividades anteriores y se entrena a pasar de la actividad a la inactividad en un instante. Ayuda a los niños a saber controlar sus movimientos.

Momento adecuado
Cualquier momento escogido por el profesor para esta actividad, como por ejemplo, cuando acaban de hacer una actividad que los ha alborotado y están demasiado intranquilos para que se concentren sin ayuda. También puede ser útil cuando se hayan hecho algunos trabajos muy largos y que hayan requerido concentración, y necesiten un desahogo antes de pasar a otros.


Material
Se necesitan 4 o 5 globos y un casete con música que sea fácil de parar y conectar. Es mejor realizarlo al aire libre.

Procedimiento
Se forman 4 o 5 grupos de niños. A cada grupo le va a corresponder un globo. El juego consiste en mantener el globo en el aire entre todos los niños del grupo, mientras suene la música, y quedarse inmóviles y dejarlo caer, cuando cese la música.
El globo baila sólo con la música; cuando no tiene música se cae y se queda quieto.
Otra regla del juego es que ningún niño puede tocar el globo dos veces seguidas; tienen que irse alternando entre todos para mantener el globo en el aire.
El niño que golpee el globo cuando no le toque hacerlo, ya sea porque lo hace dos veces seguidas o más, ya sea porque se ha parado la música, queda eliminado. Y su grupo sigue con el juego. Si un grupo queda eliminado por entero, ya ha perdido su partida.
Este ejercicio puede hacerse sólo para practicar o bien puede plantearse como un juego en el que el grupo que gana es el que consigue mantener el globo en el aire por más tiempo, pero respetando las reglas.



Actividad
“Ordenando los troncos”

Objetivo
Pasar de la tensión y la actividad a la relajación y la tranquilidad.

Contenidos
Se consigue desahogar la tensión o la energía contenida que no se ha podido expulsar en las actividades anteriores y llegar a una situación de calma y sosiego.

Momento adecuado
Cualquier momento escogido por el profesor para esta actividad, como por ejemplo, cuando acaban de hacer una actividad que los ha alborotado y están demasiado intranquilos para que se concentren por sí mismos. También puede ser útil cuando se hayan hecho algunos trabajos muy largos y que hayan requerido concentración, y necesitemos un desahogo antes de pasar a otros.

Material
No se necesita material. Puede realizarse en la clase o en el patio.

Procedimiento
Partimos la clase en dos grupos: los niños de un grupo van a ser los troncos y los niños del otro grupo van a ser los que ordenen los troncos. Luego, los grupos van a cambiase los papeles. Por esta razón, el juego tiene que realizarse dos veces.
Los niños que hacen de troncos se echan por el suelo de cualquier manera. Los que tienen que ordenarlos, los van recogiendo y los llevan al rincón de la clase que hayamos escogido previamente, y los van dejando uno a uno rectos y ordenados.
Para transportar los troncos podemos utilizar el sistema que nos parezca más seguro: o bien sosteniéndolos entre dos niños, uno agarrando las piernas, y otro, los brazos, o bien sosteniéndolos entre dos niños, uno por cada hombro, y haciendo que arrastren los pies, o bien agarrando cada niño a un tronco por las muñecas y tirando de él, dejando que arrastre los pies.
Cuando estén todos los troncos inmóviles y bien ordenados, los que han hecho el trasporte se echan a su vez desordenadamente por el suelo para que los que han ordenado los troncos en segundo lugar vuelvan al sitio donde fueron troncos ordenados, y dediquemos unos minutos a la relajación (somos todos troncos y no podemos movernos durante 1 o 2 minutos). Después ya podemos irnos convirtiendo otra vez en niños y recuperar el movimiento.

Una de las actividades más recomendadas son las de concentración.
Objetivo.
Aprender a concentrarse en una sola idea o imagen agradable y tranquilizadora y evitar que el pensamiento se disperse.
Contenidos.
Se consigue una relajación, un control de pensamiento; puede utilizarse como práctica o como solución en momentos de ansiedad o de intranquilidad.

Nuestro Animal Preferido

Procedimiento.
Se pide a los niños que piensen en un animal que les guste mucho.
Puede ser suyo o ser uno que les gustaría tener o incluso un animal de peluche.
Se les dice que imaginen que están cansados y que tienen un rato libre para relajarse, jugando con su animal preferido. Es mejor que cierren los ojos y que reproduzcan en su imaginación como jugarían con su perro, con su gato, con su hámster o con su canario, como lo acariciarían, o como lo mirarían, y como su amiguito les contestaría a ellos, lamiéndolos o acurrucándose en su regazo, o si es un bicho pequeño, recorriendo sus brazos o sus piernas. Si tenemos algún dibujo previo podemos enseñárselo como ejemplo.
Antes de empezar a cerrar los ojos podemos preguntar a cada uno de los niños en que animal van a pensar. No empezaremos hasta que todos los niños hayan escogido su animal preferido. Cuando todos han contestado ya no deben de seguir hablando, solo deben imaginar.
Si hay algunos niños que no están concentrados, podemos inducir su imaginación con comentarios suaves y tranquilizadores que no estorben a los demás niños que ya lo han conseguido. Podemos decirles: “Qué agradable se acariciar a mi mascota”, “Qué divertido es jugar con mi animal preferido”, “Qué contento está cuando quiero jugar con él”.
Dependiendo de cómo va todo el proceso, podemos estar unos 5 minutos relajados. Puede hacerse también en 2 o 3 minutos, o, si esta muy concentrados alargarlo 7, 8 o hasta 10 minutos, contando a partir del momento en que se acaba la explicación y la enumeración de los animales que van a imaginar.

Una Persona Tranquila

Procedimiento.
Les decimos a los niños que ahora vamos a imaginar que estamos asustados y que llamamos a una persona para que nos tranquilice, nos ayude y nos haga sentir seguros y felices.
Esta persona puede ser un adulto: el padre, la madre, el abuelo, la abuela, el maestro, un amigo o también un niño. Cual persona nos sirve mientras sea tranquila y no inquieta.
Como en el juego anterior se le puede preguntar rápidamente a cada niño en qué persona va a pensar, para comprobar que todos van siguiendo las instrucciones.
Luego cerramos los ojos e imaginamos que estamos con esa persona; podemos imaginar que nos toma en brazos o nos sienta en su rodilla y nos habla, nos acaricia y nos tranquiliza. Nosotros podemos pensar que le explicamos lo que nos pasa o simplemente imaginamos que estamos callados escuchando sus palabras y observando sus gestos tranquilizadores. O bien puede ser un amigo con quien jugamos tan a gusto que nos tranquiliza inmediatamente. Un amigo o amiga con quien nos entendemos bien, a quien le gusta las mismas cosas que nosotros y con quien podemos inventar e imaginar juegos y aventuras maravillosas. También puede ser un personaje imaginario que, por sus características, nos aporte confianza.
Podemos convertir este juego en tres variantes distintas. Un día podemos dejar escoger a la persona libremente; otro día podemos proponer nosotros un adulto, y otro día pedirles que piensen en un amigo con quien se inventen juegos fantásticos.

El Juguete que más me Gusta

Procedimiento.
Se dice a los niños “todos tienen muchos juguetes nuevos, otros desde hace tiempo”, de cuando eras más pequeño, vamos a pensar ahora en un juguete que les guste mucho y con el que hayan jugado muchas veces. No importa que tipo de juguete sea, ni tampoco que sea nuevo o viejo. Mejor que sea uno muy conocido por ustedes y que los hay entretenido y divertido muchas veces. Bien, ¿ya lo tienen?”
Entonces se les puede preguntar a cada uno en que juguete han pensado; se les puede ayudar un poco, si lo necesitan, para decidirse entre un juguete y otro.
Luego se les vuelve a hablar para que cierren los ojos e imaginen que están jugando con su juguete preferido. Se les dice: “piensen que están en un momento de aburrimiento, que no saben que hacer y antes de que empiecen a ponerse de mal humor se acuerden de aquel juguete que siempre los ha entretenido. Piensen en el imaginen cómo es, su tamaño y su color. Ahora imaginen que están jugando con él y el aburrimiento desaparece. No vamos a cambiar de juguete vamos a jugar un rato con el mismo”.
Sabiendo los nombres de los juguetes que nos han dado los niños podemos añadir algún comentario, pero no muy concreto, porque lo que podría ayudar algunos niños podría desconcentrar a otros.
Como las anteriores actividades este ejercicio es corto y puede variarse, a su vez, proponiendo nosotros un mismo objeto o juguete para todos; por ejemplo un día proponer una muñeca, un osito, un juego de construcciones, un libro de dibujos, una casita de muñecas, etc.

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